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Realizan webinar “Investigación en la química de la inocuidad alimentaria, un reto en tiempos de emergencia”

David, Chiriquí, 10 de junio de 2020. En el marco del Día Mundial de la Inocuidad Alimentaria, la Maestría en Ciencias Químicas con Énfasis en Inocuidad Alimentaria de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas de la Universidad Autónoma de Chiriquí (UNACHI) con el apoyo de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SENACYT), realizaron el webinar “Investigación en la química de la inocuidad alimentaria, un reto en tiempos de emergencia”.

La Dra. Ariadna Batista, Coordinadora de la Maestría en Ciencias Químicas con Énfasis en Inocuidad Alimentaria de la UNACHI indicó: “Esta actividad se enmarcó dentro de las proyecciones académicas y científicas que viene realizando desde el año 2015 en conjunto con sus docentes, estudiantes y la Universidad para contribuir en la formación del recurso humano que velará en minimizar las Enfermedades por Transmisión de Alimentos (ETA) causadas por contaminantes químicos, ya que es necesario colocar en la dieta del panameño alimentos no sólo nutritivos sino también saludables”.

Las panelistas fueron José Troestch, Miguel Vega, Edward Villarreal, candidatos a Máster del Programa de Ciencias Químicas con Énfasis en Inocuidad Alimentaria y la MSc. Brenda Checa Orrego, coordinadora de Servicios Técnicos de Análisis Químico de la Dirección Nacional de Sanidad Vegetal del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA).

José Troestch, del Centro de Investigaciones en Recursos Naturales (CIRN) de la UNACHI, presentó el tema: “Uso de la cromatografía líquida acoplada a espectrometría de masas en tandem para la determinación de micotoxinas en arroz: Revisión”. Esta revisión fue desarrollada en colaboración con la Dra. Cristina Juan de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Valencia, España y presentada previamente en el séptimo Congreso Internacional de Estudiantes de Ciencias y Tecnología de Alimentos realizado en febrero-2020 en la Ciudad de Valencia, España como parte de las actividades del programa de generación de nuevas capacidades de la SENACYT.

Troestch, indicó que las micotoxinas afectan una amplia variedad de alimentos a través de cultivos contaminados, principalmente cereales (maíz, arroz, trigo, ente otros), una vez presentes, no se pueden descontaminar, debido a su estabilidad. Sus efectos tóxicos constituyen un riesgo para la salud animal y humana generando un problema para la seguridad alimentaria mundial. El arroz es la principal fuente nutricional para un tercio de la población mundial y una posible fuente de contaminación con micotoxinas.

“El objetivo es identificar la metodología analítica que se ha aplicado recientemente para la determinación de micotoxinas en arroz, el origen de las muestras analizadas y las técnicas de extracción y limpieza”, agregó José Troestch.

Por su parte, Miguel Vega, investigador del Centro de Investigación de Productos Naturales y Biotecnología (CIPNABIOT) de la UNACHI, expuso la conferencia “Potencial uso de Microalgas para el tratamiento de aguas procedentes de plantas alimentarias”, el investigador señaló que actualmente existe mucho problema en nuestro país de contaminación por las aguas residuales, causando un serio proceso de alteración ambiental que afecta tanto al ser humano como a otros organismos vivos y al ecosistema. Unos de los mayores productores de aguas residuales son las industrias alimentarias, todo debido a la alta demanda de agua y a los desechos que la acompañan. Investigadores de todo el mundo han estado empleando técnicas biotecnologías con microalgas buscando una solución de esta problemática, los mismos han obtenido resultados prometedores que ayudarán a que muchas de estas empresas del ámbito alimentario no contaminen en volumen mayor con los desechos que originan.

El grupo de microalgas del Centro de Investigación de Productos Naturales y Biotecnología (CIPNABIOT-UNACHI) en conjunto con la SENACYT y el grupo de Tecnología Ambiental (EnvTech)-España han estado llevando a cabo investigaciones en este ámbito. En unos de estos proyectos se obtuvieron resultados de eliminación de contaminantes por encima del 80% y 90%, este proyecto fue a escala menor donde se trataron aguas residuales de plantas alimentarias como aguas residuales de origen urbano y de ganadería. Otro de los proyectos puesto en marcha fue el de tratamiento de un agua residual sintética en conjunto con purificación de un biogás (realizado en la Universidad de Valladolid-España) bajo la supervisión del Dr. Raúl Muñoz, obteniendo resultados prometedores que ayudarán a combatir los problemas ambientales causados por estos contaminantes mencionados (APY-2019A-14). Los resultados de ambos proyectos serán publicados en revistas de impacto dando a conocer la importancia de aplicar esta biotecnología para la solución de problemas ambientales de contaminación principalmente en nuestro país.

Eduard Villarreal, del Centro de Investigaciones en Recursos Naturales (CIRN) de la UNACHI durante la conferencia: “Técnicas rápidas versus técnicas especializadas para los análisis fisicoquímicos de Aflatoxina M1 en leche y Aflatoxina B1 en alimentos para el ganado lechero”, explicó que su investigación presenta Técnicas rápidas (kits ELISA) y técnicas especializadas (HPLC-FLD y LC/MS) para los análisis fisicoquímicos de Aflatoxina M1 en leche y Aflatoxina B1 en alimentos para el ganado lechero, para facilitar la elección de métodos.

En palabras del Lcdo. Villarreal, en algunas de las conclusiones de la investigación, los métodos mencionados previamente tienen sus ventajas e inconvenientes: “Los métodos cromatográficos suministran perfiles completos de los contaminantes presentes en una muestra son fiables pero son análisis altamente costosos por los equipos y reactivos necesarios, las pruebas tipo inmunoensayo(kits ELISA) son métodos rápidos, fáciles y económicos que pueden ser usados para identificar y cuantificar algunos contaminantes químicos o ingredientes dentro de un alimento y no siempre son precisos y pueden dar falsos positivos, la selección del método adecuado se debe hacer teniendo en cuenta el objetivo del análisis, las características de la muestra y las condiciones ambientales y el presupuesto con el que se cuenta para la investigación”.

Brenda Checa Orrego, coordinadora de Servicios Técnicos de Análisis Químico de la Dirección Nacional de Sanidad Vegetal del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) presentó el tema: “Esfuerzos de los laboratorios en el contexto Regional y Nacional para garantizar la Inocuidad Alimentaria” y resaltó que la Inocuidad alimentaria es una preocupación mundial.

La Máster Checa Orrego, en su participación citó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que estima que 600 millones de personas al año, una de cada 10 personas en el mundo, se enferman después de ingerir alimentos contaminados, cada año fallecen 420,000 personas tras haber consumido alimentos contaminados, los niños menores de 5 años cargan con el 40% de las enfermedades transmitidas por los alimentos con 125,000 muertes anuales.

“En el contexto de América Latina y el Caribe sobre la Inocuidad Alimentaria, la situación de la Inocuidad alimentaria en la región es heterogénea, los programas de monitoreo en diversos casos no llegan a cubrir todas las áreas de inocuidad alimentaria requeridas, insuficientes políticas basadas en riesgo o falta de aplicación y seguimiento a las políticas establecidas y no se cuenta con una base de datos regional armonizada a la que puedan acceder los tomadores de decisiones”, manifestó Checa Orrego.

Es por ello que a través del proyecto ARCAL RLA/5/080 denominado fortalecimiento de la colaboración regional entre laboratorios oficiales para hacer frente a nuevos desafíos relacionados con la inocuidad de los alimentos, liderizado por Uruguay, nos hemos propuestos fomentar la cooperación entre los laboratorios oficiales de la región, facilitando la generación de datos analíticos con la creación de un comité de intercambio de datos en el marco de una red (RALACA) ya que “El esfuerzo conjunto es más que la suma de las partes individuales”. La utilización de los datos de manera coordinada en la región permitirá una respuesta rápida en la realización de medidas de mitigación en caso de alertas relacionadas con la inocuidad alimentaria.

Mientras que en el contexto nacional, mantenemos un programa nacional de monitoreo, que en sus planes anuales evalúa los tipos y el origen de los productos a muestrear, las características químicas y la toxicidad del plaguicida utilizado, la incidencia de muestras contaminadas del ciclo agrícola del año anterior, en cumplimiento con los Límites Máximos de Residuos (LMRs ) de plaguicidas presentes en alimentos según las Buenas Prácticas agrícolas (BPA); con el fin de llevar registros y estadísticas de los datos para la preparación de mapas de riesgo. El proyecto regional en mención nos permitirá armonizarnos con la región y mantener nuestros programas basados en riesgos.

La Maestría en Ciencias Químicas con Énfasis en Inocuidad Alimentaria se realiza dentro del Plan Académico, Científico y de Desarrollo de la UNACHI, apoyado en el marco del Plan Estratégico Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (PENCYT) 2019–2024 que define los siguientes objetivos para el sector agropecuario:

• Incrementar la competitividad de los sistemas de producción agropecuaria, garantizando la sostenibilidad para enfrentar los diferentes desafíos, a través de la investigación aplicada.
• Elevar, actualizar y reforzar las capacidades en ciencia, tecnología e innovación del recurso humano para el desarrollo técnico y científico de las instituciones públicas y privadas para fortalecer la transformación productiva del sector agropecuario.

Sobre la SENACYT: La Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SENACYT) es una institución autónoma cuya misión es convertir a la ciencia y a la tecnología en herramientas para el desarrollo sostenible de Panamá. Nuestros proyectos y programas están enfocados en potenciar el desarrollo científico y tecnológico del país y de este modo, cerrar la brecha de la desigualdad y fomentar un desarrollo equitativo que mejore la calidad de vida de los panameños.